Buenas tardes y hasta luego









Anoche soñé con vos. Eras tú pero no era tu rostro. A estas alturas sospecho que no te he visto lo suficiente, que no me he fijado bien en tu cara. Y qué tal vez tú tampoco te has fijado en la mía, lo cual no resulta tan mal ya que estoy llena de imperfecciones.
Anoche soñé contigo y me ha sorprendido como me encontraste en mi propio sueño, quizá desde el tuyo. Tu propio sueño de encontrarme. 
Yo entraba a un lugar que ya no procuro. Me adentré entre la gente y desde la gente me viste y me jalaste el brazo y traías la misma playera arrugada del otro día. Y me dijiste algo que no recuerdo, o no me dijiste nada.  Lo que si recuerdo es que yo te dije -¿Qué haces aquí?- Y entramos al lugar como si viniéramos juntos. Ese sueño me gusto. Mi primera conclusión es que entonces no vas a los mismos lugares que yo frecuento. Mi segunda conclusión es que me gustas, porque como no te conozco no me has mentido, engañado, ni me has hecho promesas que no cumplirás. Y tampoco has roto platos en mi vida, pero tampoco sabanas. Y esa podría ser no tanto una conclusión sino una teoría. En el sueño me intentabas besar y yo no me dejaba. Siempre me resisto hasta en sueños. Tal vez dormida pensé que el sueño no iba a acabar y que antes del amanecer podrías besarme ya no con tanta gente. Pero el sueño tomo otro curso y sólo nos abrazamos y yo quede con la frente en tu pecho y creo que eso era una despedida. O tal vez una bienvenida, porque de hecho te seguí viendo. Como te digo, en mi sueño estabas más próximo a mí que en la realidad ¡Obviamente!. En la realidad nos limitamos al ‘Buenas tardes’ y ‘hasta luego’ y entré esas líneas no hay mucho que encontrar. En tu sueño también llevabas tu extenso tatuaje en el brazo, entonces ahora estoy más segura de que si eras tú y no un clon tuyo o un impostor. Tu tatuaje me gusta porque a cualquiera le daría miedo, a mi madre por ejemplo. La realidad en parte también me gusta porque estoy a salvo de que me quieras besar entre la gente. En la realidad sólo a veces nos rozamos las manos, o los dedos. Y no te miento que he sentido que esa es la forma tuya de besar. Mi tercera conclusión es que hay más de un millón de formas de comunicarse y nosotros solo hemos explorado unas pocas, las que el contexto nos permite.
En el fondo espero dejarte una nota la próxima vez que te vea y decirte: Anoche soñé con vos (como si fuera un sueño reciente) y que tú me devuelvas una nota que diga lo mismo, y más allá de que diga lo mismo, que diga textualmente: Anoche también soñé con vos y no me dejaste besarte entre la gente. 

Firma Carol, 
comienzo a vivir en una realidad alterna y eso no me causa miedo. 



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