La tierra de los tartamudos




Estás detrás de las cosas que toco y te asomas a verme. Me miras cuando escribo y sin poderlo evitar voy cargando la letra en diagonal hacía arriba. Soy otra cuando estoy cerca de ti porque de alguna manera que ya no me parece extraña siento que me proteges, porque siempre estás detrás de las cosas que toco cuando marcó con pluma el cuadro que indica que soy soltera, cuando miro el marcador de la gasolina y no sé a cuantos kilómetros se encuentra tu cama y estoy cansada y solo quiero dormir en tu pecho, que es un mar donde se estrellan mis olas.
Estas detrás de las cosas y tu aroma me persigue cuando recuerdo que me olfateas las costillas y dices que yo no transpiro; cuando demandas que al cruzar esa puerta soy tuya y me besas tan fuerte la boca como si me estuvieras leyendo mis derechos.
Será que los objetos son de quien los vuelve importantes cuando dejan de ser para lo que se han hecho y se convierten en un medio para alabar la compañía.
La puerta esa que digo, se ha convertido en una frontera que divide la tierra en la que imaginas lo que me vas a hacer de la que tierra en la que me lo haces. Estás detrás de las cosas que toco pero también estás encima de ella cuando estiro la mano y no encuentro una arruga en la ropa, porque tú enderezas los caminos y repeles la mala suerte con él corazón implacable que una vez Dios te dio.
 A veces creo que tu voz no va con tu persona y entonces siento que para borrarme esa sensación necesito que me digas las cosas cuando estoy en frente y tartamudeas porque dices que mi mirada detiene las palabras estúpidas.  
Estas detrás de todas las cosas porque gobiernas mi mente y en todo lo que hago quedan restos de ti como si lo que hago lo hiciera en tu nombre, como si no hubiera nada que nos separará porque las posibilidades las hacemos nosotros. Al Dios que te dio el corazón con el que ahora me quieres tanto le quiero agradecer lo que hice mal y lo que hice bien para haber llegado hasta a ti en medio de este mundo lleno de distractores. 


No conoce la fortuna de hacer las cosas mal quien después de un error encuentra lo que andaba buscando. 

Firma Carol 

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