La maleta cafe
Hay noches en que se mezcla todo. El vino, más que otra cosa, me sube la temperatura, me pone la cara roja y la boca sonriente. Que rara mezcla de antibióticos, de trabajo, de personas, que rara cena compartida y que raros los halagos que recibía en dos o tres direcciones. No encuentro mis llaves, siempre pierdo todo, en alguna parte tienen que estar, no te preocupes yo te llevo a tu casa, gracias pero prefiero que no. Tú recordabas cosas que yo no. Al parecer habíamos vivido la misma historia cada uno con su versión, cada uno con su diablo que estaba en otros detalles. La historia marchaba en su curso normal y nosotros seleccionamos las imágenes con las que nos íbamos a quedar si no para siempre, al menos hasta donde alcanzará la memoria. No siempre se tiene la oportunidad de compartir con los personajes el resumen o la retroalimentación de lo que alguna vez fue, esto solo es posible cuando no pierdes la amistad, cuando en una noche fría se mezclan las cosas y acabas tendido en la