Observatorio 360 grados
No
sé si yo me equivoco. Estoy de adolescente, eso está claro. Sin embargo creo
que a estas alturas querer tener un romance es algo no solo diferente sino
complicado. Necesito ser práctico,
centrar mi atención en alguien, quitarme el tedio de los días, ilusionarme de
vez en cuando. Tendrá que haber un límite para dejarme
gobernar por la fantasía y espero saber reconocerlo.
Hay días que pienso en
cómo sería viajar contigo, comer contigo, salir contigo, merodear la noche
juntos. Más de la mitad de esas actividades no pueden ser, al menos no por
ahora y tampoco sé cuándo.
¿Qué
cómo explicaría yo esto? Igual que tú. Que un día nos conocimos por negocios,
qué éramos otras personas en ese entonces. Que al menos yo no me hubiera
imaginado esto y pienso que tú tampoco, porque yo me comporte como un enemigo y
tú como un depredador. Tú ganaste todas las veces y yo gane a alguien en quien
pensar de repente. Tú eres de esas personas que conoces por una razón y luego
terminas olvidando las razones y piensas solo en las consecuencias y en los
motivos para continuar con lo que sea que sea esto; una simpatía, un
agradecimiento, una admiración.
A
lo mejor yo confundí desde el principio todo y no me arrepiento. Me he detenido
en muchos aspectos para no ahuyentarte y perder la amistad, pero si quisiera,
por qué negarlo, un día llamarte borracho, un día decirle a alguien que me
gustas y que a veces me escribes por las mañanas por trabajo pero que yo soy
feliz. Toparte por la calle y preguntarte a dónde vas. Tal vez nada de eso es tan intrascendente como se
escucha. A lo mejor en el fondo tú también quieres dar una vuelta conmigo pero
no te atreves a pensarlo porque sabes que no estaría bien, que cambiaría nuestra
relación de trabajo, que a lo mejor eso traería muchísimas consecuencias que no
tienes tiempo de lidiar. Yo entiendo todo. Me tengo que conformar con hablarte,
con hacerte algún regalo que te haga feliz y decir: Es un detalle de un cliente
contento, no es mucho pero es con aprecio. Y qué tú digas todas las veces: No,
no se lo puedo aceptar. Pero en el fondo si quieras, porque sabes que te lo
mereces.
En Astoria, esperando que saliera el sol pensaba en el jefe
Firma Carol
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