Y tú regresaste solo a casa
Seguramente te arrepentiste enseguida de haberme
mandado al diablo en aquellos días. Seguramente ahora, varios meses después aún
sigues arrepentido. Te escribo porque en mis tiempos libres me he dedicado a
re-leer mis viejos escritos y te encontré
caminando ahí, entre mis letras que unos días son muy mías y otros días de
nadie. Te encontré habitando en mis escritos, llevándome a desayunar, a comer y
a cenar, en lo que fue del otoño quitándote la ropa, en el sillón soltándome el
cabello porque así te gustaba más. Te vi pasar sin quedarte en la literatura de
esta mujer, que ahora es otra. No te quedaste pero tampoco te fuiste. Te vi pasar
feliz, ahora no te veo ni feliz, ni triste. Te encuentro perdido, y no me
refiero a una localización, sino a una identidad. Seguramente te has estado
arrepintiendo hasta el día de hoy de haberme negado la regadera aquella noche,
de haberme regresado a casa sin haberme besado, de haber sido tan ciego y tan estúpido
dos veces por vez. Desde luego que me acuerdo, desde luego que te sigues
preguntando porque lo hiciste de esa manera y no de otra. No me importa ahora,
no me importa como camina tu vida ni cuanto te pagan en tu trabajo nuevo. Yo me
encuentro a mí misma diariamente y tú no te acuerdas ni cómo te llamas. Hace mucho
tiempo que ya no me pareces atractivo, si te veo en la calle ya no me sentiría atraída
por ti como un imán. Si te viera apenas te reconocería como aquel hombre que me
gustó mucho, muchísimo alguna vez. Te escribo ahora porque ya no me importas,
porque es más fácil así, porque ahora estás arrepentido y me gusta poder
burlarme de ti.
Fuiste un tacaño de amor, Si te viera próximamente
te diría : Todas las veces que me mandaste al carajo, yo me fui con alguien
más. Y tú regresaste solo a casa.
Comentarios
Publicar un comentario