Soy una mujer que se recupera rápido de sus tragedias. Cuando me han mentido, engañado o ignorado, me duele solo un día. Se mandar a las personas y a su estupidez a un lugar muy apartado de mi vida. Aprendí rápido a hacer eso, nadie me lo enseño, pero sé que la clave es que nada te importe demasiado, nada ni nadie.

Tengo un basurero en el que mantengo mi guerra fría con esos eventos tan desagradables que de pronto nos atacan. Coloco a la persona ahí dentro y sumerjo sus actos, y conforme los días pasan me voy encargando de que se arrepientan de haber jugado conmigo. Que se arrepientan de haber desperdiciado su tiempo pensando que podían hacerme daño y volver al día siguiente como si nada hubiese pasado. Eso me pasaba cuando tenía diecisiete años, ahora me dan mucha  risa ese tipo de situaciones.  Porque deberían de saber, que a partir de ciertos golpes de la vida, no se dan segundas oportunidades, sin excepción.

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