Víctimas del tiempo
Entre el tráfico va desapareciendo y las luces se
van haciendo pequeñitas
entre la distancia que nos desconecta.
Ahora nos separa más que un aeropuerto
nos aísla el orgullo que se ha instalado en
nosotros durante estos días
como la barrera más alta y difícil del mundo.
Mis cosas me preguntan por él
mi teléfono se
queda callado y me mira entorpeciendo mi estabilidad.
Me siento cada vez menos bonita porque él ya no
está para decírmelo,
porque por las mañanas ya no tengo su mensaje
diciendo ‘Buenos días mi amor, despierta’
Al dormir ya no hay nadie que me envíe besos y me
haga las buenas noches.
Y podría seguir enumerando todo lo que perdí al
perderlo,
todo lo que dejamos morir pero que aún no hemos
enterrado.
En el fondo no me duele nada, es sólo que soy
adicta a la nostalgia.
Firma,
Desde el corazón
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