No sólo se fue perdiendo el hechizo, sino que de pronto lo que nos
 mantuvo vivos ya no nos pudo salvar más.
Ahora me mata la nostalgía, me aniquila, me coloca en la
situación más dificil de todas, es como estar en el congelador de
una carniceria, esperando que me lleven, o que me llames, o que digas algo
lo que sea.
Sí, estamos más lejos que nunca y la distancia  a veces no tiene remedio
 y lo que siento se cae por la gotera mojandome las cobijas y el suelo, y lo veo
y no puedo olvidar el desastre, este desastre de no tenerte... de no escucharte,
de no poder preguntarte ¿Fuí yo la que se equivoco?

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