Él que habita



Tengo una cortada en el pie. Me la hice con unos tacones nuevos, pero también tengo un moretón en la pierna, porque el día que llovió me tuve que subir al techo de mi abuela a tapar una gotera mortal.

Constantemente a lo que me pasa lo separa una gran brecha, no sé cómo llamarlo en realidad. Supongo que a todos nos pasa. Hace dos fines de semana estaba embriagandome en una boda con vino rosado y bailando salsa, el fin de semana pasado estaba tomando Ron, por cierto que me callo tan mal, que sentía los hombros como si me hubieran echado la culpa de una pareja divorciada. Si embriaga bastante, no como el vino que sólo te regala la culpa de lo que no está.

Ahorita estoy escribiendo como si no tuviera un proyecto que entregar. El problema con los lunes es que sólo son insoportables por la mañana, ya lo demás no importa. 
No importa porque las buenas noticias casi se reciben en las primeras horas del día, así como el desayuno, así como cuando despiertas con alguien. 
A veces soy insoportablemente bella porque asi me lo dicta mi ego, a veces sólo soy insoportable. 

Me voy a acostar con ganas de comprar unos boletos de avión, el problema es que no sé a dónde ni para qué fecha. Los lunes a veces no sé nada. Recuerdo cuando tenía a alguien que besara mis cicatrices físicamente. Ahora la espiritual soy yo, constantemente hay una brecha muy grande en decir, ‘Ven a curarme de lo que no padezco,’ o ‘Me basto a mí misma’

Recuerdo cuando me mandó un mensaje que decía ‘Me da mucho miedo cuando dices que no necesitas a nadie’ y luego se fue, después de haberse sentido tan inútil.´Punto, pero no final

Firma Carol, 
No encajo,.


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