Me miras, de cerca me miras, cada vez más de
cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y
nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los
cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y
luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua
en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene
con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse
en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos
besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de
movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es
dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del
aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un
solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una
luna en el agua.
Julio Cortázar
Fragmento de Rayuela
Julio Cortázar
Fragmento de Rayuela
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