No sé si tú eres la arena y yo el mar, o si tú eres el barco y yo las rocas. Pero soy demasiado orgullosa para decir “Detente, no me enamores” y demasiado necia para dejarme llevar por la corriente. Sólo sé que no veo otro salvavidas mas que tus brazos.
– Denise Márquez
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