Carta al público en general: no hay tiempos correctos




A todos los hombres que conozco, en especial a los que por algún motivo no hemos podido coincidir, y en deshonra a los que no me han dado una oportunidad, y algunas damas que conozco que sufren por las inclemencias de la sociedad, les digo hoy, que el tiempo es oro.
Decidí mi propia carencia de compañía con el fin y en el intento de volverme más inteligente respecto a ciertos aspectos de la vida y queriendo adquirir sabiduría, en soledad, sin nadie de nada, ni nada de nadie Y quiero decirles, que ahora, después de dos meses cuatro días, eso no me ha servido absolutamente en nada. Y siento que he perdido mi tiempo, tal cual cuando lo he perdido con alguien. O es que, acaso ¿lo que hice fue una inversión a largo plazo?
No lo sé. Pero este no es el motivo de mi escritura el día de hoy, les quiero decir, al público en general, que la espera es estúpida y desgastante. Les sugiero, hacer las cosas cuando y como se les antoje. Puede que en este consejo, -el miedo a la muerte- funcione como un catalizador. Un pretexto o una justificación para hacer las cosas sin pensarlo demasiado.
Esta misma semana me di cuenta de algo muy importante (no necesite demasiado tiempo para enterarme). La cuestión es que no sabes cuándo volverás a ver a una persona, en especial cuando no es un conocido tan conocido o alguna persona que tengáis en la mira.
Muchas veces me habría gustado ser un poco más lanzada con hombres que he visto y con los que me gustaría haber tenido algo, después digo ¿Por qué demonios no le pedí su teléfono? ¿Qué perdía? Y hoy es hora que no los he vuelto a ver. Ese es un ejemplo sencillo. Otro ejemplo sería aquel en el que estas esperando el momento indicado, la coincidencia, el valor y la magia con esa persona. Y esta persona se va, se muda, se va para siempre, o peor, se compromete, se casa y tiene hijos. ¿No suena bien jodido? Pues a mí me paso cada uno de todos esos ejemplos. Excepto el de la muerte, gracias a dios y a Elvis Presley.
Y me arrepiento, me arrepiento de no haber abierto la boca, de haber estado coqueteando de forma arrogante, haber pensado que habría una segunda vez ¿Y qué creen? A la vida no le importan las segundas oportunidades, y a la muerte menos.

Firma Carol
una arrepentida más


Comentarios

Entradas populares