Que no amanezca,


Cuando abrí los ojos me estaba mirando:
Que descubras que te miran mientras duermes provoca dos cosas, la primera es decir –Deja de verme- o  la segunda,  preguntar -¿qué me estás viendo?- ; esas palabras eran muy románticas para aquella hora de la noche, así que solo me limpie los ojos de mapache y sonreí. Su brazo sobre mí me protegía de la ráfaga friolenta de la soledad, y el estremecimiento que me producen los ruidos de la madrugada pasaron de ser solo míos a ser también de él. Quizá recordará muy a fondo y en mi mente cantará “Yo quería dormir contigo y tú no querías dormir sola” y él hacia el coro correspondiente con los ronquidos de quien ha bebido ron.

            Ya no somos niños para seguir durmiendo solos, leí una vez y aunque eso sea muy cierto yo me sentí una niña esa madrugada. Ya comenzaba el mundo a repartir los periódicos del día cuando nos enteramos de que él y yo ya éramos noticia.


Firma Carol,
En estos días necesito su ayuda más que nunca, si les gusta compartan, siempre estaré agradecida de eso 



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