The lucky ones





Dos veces a la semana soy bruja, pero ayer con un vestido que me llegaba arriba de la rodilla y con una licra debajo, me asusté a mí misma. Ayer apareció el sujeto que había estado buscando en los restaurantes, en la fila del banco y en los semáforos, apareció en mi puerta: más precisamente apareció en mi puerta con un recado que decía: Pásame tu teléfono.
Me quede sonriendo como una imbécil y luego escribí el último número mal, y así se fue el sonriendo también, mientras a mí se me caía al suelo un frasco con doscientas cincuenta pastillas. Me quede recogiéndolas con las manos temblando pensando en que era la más suertuda bruja hija de puta del mundo mundial.
Como obviamente no le respondí, volvió a venir al día siguiente para preguntarme si había recibido su mensaje. Tanto fue mi espera, que precisamente, ya había contemplado que entre los nervios había escrito mal mi número celular, tal como había sido. Enmendamos el error y hemos hablado todo el maldito día, ya le dije que en mi lápida dirá: Gracias por haber venido otra vez, soy una imbécil. 



Firma la despistada No. 1, Carol
https://www.youtube.com/watch?v=IpkPbQWZOks



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