Reemplazos y sustitutos
Quien sabe de qué manera se aventuren las personas que afirman que nadie es indispensable en esta vida. Quizá mi punto final no tenga que ver con esta frase inicial (desde ahorita lo digo) y al final terminé hablando del alcoholismo o de los perros. Esa bien seria otra de mis cualidades indelebles: siempre me desvió de los temas, de mis planes y de lo que quiero en la vida, haciendo un rodeo general para terminar diciendo nada.
En parte tienen razón en
afirmar que no hay persona que no se pueda reemplazar, pero la pregunta es
¿Hasta qué punto puede una persona llenar por completo la ausencia de otra?. Me
parece ridículo, por ejemplo que ese engaño disfrazado de independencia (
incluso hasta eso es irónico) arremeta contra sus sentimientos y su orgullo,
respecto al abandono que acaban sufrir o el presentimiento de que los dejarán. Admito
que soy flexible en ese tema, primero porque no tendría que exhibir un
desprecio que no existe por alguien que se va o se ausenta y segundo, porque
afirmar aquello habla más mal de mí que del candidato a reemplazar.
Tendría que haber
descubierto esto por las buenas y no por las malas, por el razonamiento lento y
no por el resultado de mis acciones. Y es que como ya había dicho, soy una
víctima recurrente de la venganza en su primer nivel, lo digo de nuevo: Cuando
no tengo suficientes motivos para hacer las cosas, encuentro motivos reales y
suficientes en hacerlo por venganza. Uno puede encontrar muchos clones falsos
para querer relevar a una persona, pero harán falta más de dos sustitutos por que el
despecho por sí mismo, exige más.
No sería la primera vez
que intento vengarme de ti con otro y que otra vez, tu recuerdo y tu imagen
fueron un repelente potente que me hizo alejarme de ahí, casi corriendo. Por
eso digo que, en medio de esos dos escenarios recientes, tu boca pudo ser
reemplazable, pero que incomoda sensación esa de estar en un lugar con la mente
en otro lado.
Firma Carol,
Los corazones son irremplazables, y eso todos lo sabemos. Cualquier intento de comerle los labios a otra persona es un mero engaño para no sentirnos tan heridos. Pero las cicatrices siguen ahí. Y sabemos por quién fueron causadas. Eso no se puede cambiar.
ResponderEliminarBonita reflexión :)
Un besito
Miss Carrousel
Me ha encantado tu comentario y tu visita! saludos :)
ResponderEliminar