Carta de un loco a una loca
Mayo 3.
Ahora yo no sé si usted está jugando conmigo, ya no sé si me hace
preguntas para torturarme, pero debe saber que me da esperanzas, porque yo pienso
entonces que usted quiere saber de mí. Como el día que me pregunto mi nombre,
me quede pensando todo ese día y horas del siguiente en esa pregunta. Nunca se
me había ocurrido que usted quisiera saber eso, eso tan irrelevante para nosotros pero que tonto soy, claro, yo sabía su nombre pero usted no sabía el
mío ¿Acaso fue para ponerle nombre a sus fantasías conmigo, o para contarle a
alguna amiga como se llama el hombre que la persigue en sueños y realidad?
Lo que usted hace parece ir más allá, es decir que cualquiera podría
haber hecho esa misma pregunta, pero usted al hacerla comete el error de que yo
piense que yo le intereso. Y siembra en mí, como ya le dije, la esperanza.
Entonces he tenido que ir al día siguiente tan solo para preguntarle porque
quiso saber mi nombre, y usted, que ahora ya lo sabe, me dice que solo por
curiosidad y su respuesta me mata. Me mata porque usted parece tan lejana, tan
lejana del mundo esté en el que vivo yo, que cuando hace cualquier cosa por
entrar, precisamente a este mundo normal y aburrido, yo quiero ponerle un
palacio, el palacio que se merece. Porque usted es una mujer como la que yo no
he conocido jamás y me hace tener que pensar en cómo prepararme para luchar
contra una mujer como usted, soy un hombre desarmado que avanza en sus días
pensando en verla y en entablar una conversación que lleve más de tres líneas
seguidas; y luego pienso en sus respuestas y me doy cuenta que usted tiene el
control, que usted me dirá lo que quiero saber cuándo a usted le plazca y
que, mientras me torturará con respuestas cortas. Ahora sólo puedo decirle, que
me tiene atrapado y que si no deja de torturarme voy a tener que torturarla yo
a usted, enviándole más de mis cartas, haciéndole saber que me estoy volviendo loco y que me sigue dando esperanzas, no
respondo de lo que haga yo con usted.
Firmo,
Con el seudónimo que se me pega la gana
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