Por favor, no me tutees
Usted sabe
tan bien como yo, que aquella tarde cuando le dije que el fin de semana me
había acordado de usted, claramente significaba que había pensado
voluntariamente en sus manos de niña y que su recuerdo no fue un accidente. Yo
mismo la evoque desde el viernes hasta el domingo y entonces el lunes, encontré
el pretexto perfecto para decirle, que había pensado en usted sin tapujos, pero
dándole un margen de tiempo, para que se diera cuenta de que estaba consciente
de lo que hacía, no como los otros que también con descaro piensan en usted
pero ni siquiera se lo dicen, señorita.
Firma Carol,
también victima de las circunstancias
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