Antes del noticiero local



28 de junio 2014


     G:

Apenas tengo tiempo de responderle, seguro que no cree que esta parte de mi vida es la única; también tengo otras cosas que hacer al igual que usted. Y eso es precisamente de lo que quiero hablarle.  Entre más cabos quiero atar para suponer su vida más desconocido lo encuentro. Usted podrá decirme “Pues pregúnteme lo que quiera saber”, y yo le diré ‘Pero no se trata de eso’
Se trata de mi imposibilidad al no poder imaginar mi vida y la suya entrelazadas entre sí, ya no digamos tres veces a la semana, sino una. Usted podrá decir por segunda vez entonces, que me estoy adelantando a lo que pasa. Y está vez le diré que si se trata de eso, que me quiero adelantar a los hechos para sentirme segura. Para saber qué hacer, para saber cómo y dónde actuar. Soy una mujer que necesita planificar su vida, al contrario de usted, que parece improvisar todo lo que hace. Por lo tanto tengo una tarea para usted, la próxima vez que venga a mí, tendrá que decirme algo acerca de su vida. Sin embargo no quiero que me lo diga como una respuesta obligada o como una confesión, sino como algo muy casual. Por ejemplo –Anoche que vi las noticias antes de la cena, dijeron que el fin de semana lloverá-. El segundo ejemplo es que entonces, con esta información que hipotéticamente me dará, yo sabré que usted cena después de la hora del noticiero local, que la lluvia le emociona igual que a mí y que está al pendiente de lo que pasa en el mundo.  ¿Ve cómo planifico todo perfectamente?.  De esa manera quiero que me comunique de usted y ese podrá ser nuestro código secreto si esta propuesta le viene bien.

Cambiando de tema, hablaré de la penúltima vez que lo vi.  No tuve tiempo de decirle, o es que más bien no supe cómo. Quería hacerle la pequeña observación de que se veía particularmente atractivo con esa camisa de cuadros que llevaba. Cuando se fue me dejó pensando en su físico y le dará risa saber que traté de imaginarlo sin barba y sin bigote. Esto me hizo pensar en dos cosas, la primera: Es que tal vez, si no los tuviera se vería más joven, aunque sus ojos revelen perfectamente su edad. Y la segunda es que si un día planea quitarse la barba o el bigote, me encantará verlo, tan solo por la curiosidad que supone que tal vez usted me guste más así.
Así que estos dos pensamientos me llevaron a tener un tercero: Si usted se quita la barba, se ve más joven  y me gusta más así, eso probablemente signifique que habrá un mayor número de mujeres que se fijen en usted. ¿Ve cómo me proyecto?.  Soy celosa, pero no se preocupe, soy celosa en la medida en que quiero. Y al decir –quiero- no me refiero a la voluntad y o la intención de ser celosa, sino a la medida del cariño que le tengo al objeto celado. No sé si –celado- es un verbo, pero era necesario para aclarar hasta cuanto pueden ascender mis celos. Por eso la próxima vez que venga, quiero que me dé un ejemplo parecido al anterior que le he dado antes. Por ejemplo  ”Yo también estaría celoso de que sus admiradores se multiplicaran de un día a otro. Estaría realmente celoso”  podría ser un buen argumento para que yo pueda planificar mi vida. 


Firma Carol,
Y ya le convencí de que es un delincuente. 






Comentarios

  1. Estoy al otro lado del mundo y voy a empezar a darte promoción entre los extranjeros que pueden leerte :) aún abrazo guapa!

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