Telegrama para que me entiendas
Sentí de pronto que
había un velo entre los dos; y que era mi obligación destapar esa cortina que
nos divide, sentí también que debía escribirlo para que entre este dialogo no
cupiera interrupción ni tangente. Traté de pensar lo que tú pensarías, pero no
voy a decir lo que quieres leer, sino lo que yo quiero que leas.
Quería
decir, aunque sea una total vanidad, que soy una mujer que vale pena y que
obviamente no diría lo contrario, ni siquiera con el afán de usarlo como
resorte para alejarte y luego atraerte con más fuerza hasta a mí. Mi estrategia
todavía no se distorsiona hasta ese punto maníaco en el que juego con tu mente.
Quería decirte que todavía hay muchas cosas
que debo practicar, que me cuesta trabajo demostrar mis sentimientos y que
desde el momento en que tú dudes sobre lo que quiero de ti, estaré atrapada
entre la pared y tu expectativa. Lo digo de esta forma para aclarar que ahora
tienes mi esfuerzo, y que eso debe valer más de lo que un acto preciso y de
experiencia vale. Sé que a veces las expectativas no se pueden evitar y que,
qué más hubiera querido yo que nuestro encuentro aquel fuera perfecto, por eso
te sugiero que no sólo tengas expectativas sobre mí, sino sobre nosotros.
Aquel día nuestros
mundos se unieron desde lejos y yo sentí que me bautizabas cuando me besaste la
frente. ¿Qué más podría decir si con eso ya lo acabo de decir todo?
Comentarios
Publicar un comentario