Telegrama para que me entiendas






Sentí de pronto que había un velo entre los dos; y que era mi obligación destapar esa cortina que nos divide, sentí también que debía escribirlo para que entre este dialogo no cupiera interrupción ni tangente. Traté de pensar lo que tú pensarías, pero no voy a decir lo que quieres leer, sino lo que yo quiero que leas.
 Quería decir, aunque sea una total vanidad, que soy una mujer que vale pena y que obviamente no diría lo contrario, ni siquiera con el afán de usarlo como resorte para alejarte y luego atraerte con más fuerza hasta a mí. Mi estrategia todavía no se distorsiona hasta ese punto maníaco en el que juego con tu mente.
Quería decirte que todavía hay muchas cosas que debo practicar, que me cuesta trabajo demostrar mis sentimientos y que desde el momento en que tú dudes sobre lo que quiero de ti, estaré atrapada entre la pared y tu expectativa. Lo digo de esta forma para aclarar que ahora tienes mi esfuerzo, y que eso debe valer más de lo que un acto preciso y de experiencia vale. Sé que a veces las expectativas no se pueden evitar y que, qué más hubiera querido yo que nuestro encuentro aquel fuera perfecto, por eso te sugiero que no sólo tengas expectativas sobre mí, sino sobre nosotros.
Aquel día nuestros mundos se unieron desde lejos y yo sentí que me bautizabas cuando me besaste la frente. ¿Qué más podría decir si con eso ya lo acabo de decir todo?



Firma Carol, 
Un encuentro que se prolonga, da más satisfacción que una visita acelerada. 



Comentarios

Entradas populares