Ensayo de un corazón borracho






Las decisiones son difíciles pero la resignación más. / La resignación es una decisión forzada que nos obliga a entrar en un periodo extraño en el que nos convertimos en sonámbulos dependientes de la primera esperanza a la vista. / Hace unos minutos tuve una crisis mediana y me senté a desahogar aquí. / Uno no puede creer que cuando quiere vomitar no puede y que cuando lo desarmen a palabras uno vomite sin dificultad. / Me tembló el estómago y después de echar lo que me cabía por la garganta, vine a echar lo demás aquí: hablándoles sobre la resignación aunque ese tema ni siquiera me interese. /  Resulta que cuando entro en esas crisis desérticas entre una y otra me viene la inspiración con temas extraños de los cuales no hablaría ni por cinismo. / La resignación es el tema de hoy:  – Contigo se necesitan más que buenas intenciones- le dije. / Hoy el enojo se prolongará hasta que me quede dormida y estas horas que me restan son la línea inicial de esta resignación obligada e involuntaria. / Por el momento pensaré en los motivos para mantener mi enojo y defender mi causa; mañana ese enojo se convertirá en desprecio. Un desprecio mal formado y flaco que se tambaleara con el primer roce de nostalgia; así permaneceré comentándome a mí misma lo sucedido, tratando de tomar la segunda decisión forzada, otra resignación mayor que consiste en hacer un plan a mayor plazo, un plan improvisado que se sostendrá de  actividades sin sentido para mantener la salud y no entrar en otro episodio de esos. / ¿Cómo decides dejar de ver a alguien?¿Cómo terminas lo ni siquiera empezado?. / A eso me refiero, a eso se refería el poste del que me aferre cuando se me quería salir el plan A por la boca./  Que poco aguante tienen las almas que defienden las causas perdidas, cuanto orgullo se necesita para decir lo que dije –Me rindo, me rindo para siempre. Eres imposible-. / ¿En verdad es esta una señal del destino de las cosas?¿Es verdad está despedida sin cuerpos presentes?  / La resignación me parece una habitación con puertas canceladas, una barrica llena de agua contaminada en medio del desierto, una causa perdida que se le deja a un hombre en el que no germina el interés, una madre sin brazos que abraza a sus hijos. / ¿Por qué nadie me dijo que en cuanto definiera un Plan A, tenía que formular un Plan B en base a los peores resultados?.¿No es así como se hacen las estrategias en las guerras?  / No es cierto, no conoceré el arte de la guerra, pero si conozco y me apetecen las tragedias.  / Siempre pensando en lo peor para sentir más alivio si solo pasa algo menos que lo peor. / Tan preparada estaba, que  esta resignación inconsciente ya me parece innecesaria, igual que innecesario es echar diablos por la boca, igual de difícil que dejar de ver al orgullo disfrazado de payaso gritando a carcajadas –Te lo dije-. / Mañana también me voy a reír de esto, sin embargo mi cinismo no me da miedo, peor es que sepa que yo misma soy capaz de llevarte en episodios no violentos hasta la caja negra de mi vida. / La fuerza de este despecho será la misma que me ayude a llevarte a un lugar lejano. / Lo que da pánico es que uno sabe dónde pone las cosas y que por lo tanto sabe cómo volver a ellas. /  Llevarte con los ojos cerrados hasta un lugar clausurado de mi mente es inútil: porque yo nunca llego a las cosas con la vista y si cierro los ojos no desapareces. / Así que esa es otra resignación causal, esa es otra consecuencia de este episodio cortado por la mitad y sin audio. / La caja negra te desatará en cualquier momento incluso antes de que planee la primer venganza, en cuanto encuentre la primera distracción.  / Luego pienso en la muerte y me da gusto compararlos, alguna vez le dije a alguien que por alguna falla inexacta de mi pensamiento romántico y trágico: creía que era más fácil olvidar a alguien muerto que a alguien vivo. / Los muertos van desapareciendo de las cosas, es decir de las cosas físicas: estas se desgastan, se rompen, se deshacen o se van quedando en el olvido.  /  Pero los vivos; los vivos transforman los objetos, los perfuman, los muerden, los repiten, los entierran y los vuelven a desenterrar. / No es lo mismo perturbarse por el fantasma que viene a vernos y a hablarnos, que el choque casual con una persona que uno ya tenía enterrada en la memoria. / No es lo mismo que esta persona ande por  ahí con alguien más, comiéndose al mundo, empezando un nuevo destino, volviendo a dejar zanjas invisibles para los ojos. / ¿Dónde queda aplastada por ahí la resignación?¿No flaquea incluso el soldado más capaz?¿Y el olvido?¿No debería respetarse a sí mismo y no dejar salir a sus demonios? 


Firma Carol / Mañana preguntenme por la cruda y por la segunda parte de este ensayo infalible 



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