Las cosas bonitas no duran nada




Las cosas bonitas no duran nada, lo que pasa es que uno alarga las circunstancias hasta donde le alcanza la paciencia y el orgullo. Lo mismo que alargamos las tristezas hay sábados de gloría que duran once días. Las cosas bonitas no duran nada porque si durarán más habría mayores oportunidades de que se arruinarán y siempre es mejor mantener lo preciado detrás de un cristal. Nos han repetido tanto que el tiempo es relativo, que yo he requerido luchar un minuto más por mi causa esperando que las cosas fueran diferentes y tenían razón, es relativo: En minutos de ese tamaño he logrado mejores cosas, pero en eso simplemente no funciono. Las cosas bonitas no duran nada porque la naturaleza de la magia es durar solo un momento. No se puede ser dichoso todo el tiempo, enloqueceríamos nomas de no saber qué hacer con tanto. A veces se nos otorga la cantidad adecuada para no desequilibrar al mundo: por eso las cosas bonitas no duran nada. Porque siempre estamos adelantándonos a los hechos, tratando de predecir lo que ocurrirá con el afán de estar preparados, pero la única preparación que nos falta es disfrutar lo que se tiene y mientras se tiene. Las cosas bonitas se acaban justo cuando comenzamos a pensar que las cosas bonitas existen. 


Firma Carol, 
¿para cambiar de vida tendría que comenzar por usar mi segundo nombre? 


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