Sueños envenenados





3 de noviembre

Que hicimos las cosas al revés, no cabe duda; pero al revés me gustabas y de cabeza me vas a gustar siempre. / Han pasado unos dieciséis días y solo puedo pensar en ese beso que me diste y en los muchos que yo te entregue, mira como yo tenía razón: tanto repetí que te besaba de esa manera por si era la última vez, que todo lo predije. / Las mujeres somos así, vemos venir las cosas y tomamos remedios caseros que no sirven de mucho pero que son analgésicos temporales. / Uno no piensa bien las cosas hasta que las tiene lejanas, será por miedo a la proximidad o a los resultados, que las decisiones las tomo después cuando ya están las cosas decididas. / Luego me conteste a mí misma las preguntas que me habías hecho y el eco de las palabras no dichas me enveneno tanto, que la otra noche soñé contigo y fue un sueño tan raro que me quiso dar risa, y luego me quiso dar rabia./ Que siempre me saboteo a mí misma, que resulto mi peor enemiga cuando sueño que eres un enanito y que te cargo en la espalda por toda la calle que lleva a mi casa. / Como no va a ser esto una locura, explícame tú que aseguras que por las noches no sueñas nada, dime cómo se siente que tu pensamiento de mi sea consciente, y no como los míos que se convierten en traición./ Que los amores frustrados son los que nos echan a perder la vida y que oportunidades como la tuya nadie las deja pasar. / Te quise incluir en la historia que escribía pero no me atreví porque no te quería mezclar con lo otro, que nada tiene que ver contigo y que a mi parecer en eso consiste mi orgullo, un orgullo casi ranchero en el que nada de mi mente te toca y tú no tocas a nadie./ Me dejaste tu música pero te fuiste, y yo me quede escuchando las canciones repetidas, hasta que eso me recordó a otra canción que dice –Te quiero, pero te llevaste la flor y me dejaste el florero-./ Y yo para que quiero todas esas cosas envenenadas que ni siquiera huelen a ti, que no huelen a nada, que no tienen dueño ni madre, ni letra, ni sonido./ Lo único que quiero es que no seas enanito en mis sueños, porque el enanismo es una cosa que siempre me ha dado mucha risa, sin faltarle el respeto a nadie, porque francamente esa es una característica que me pone muy nerviosa e incómoda y tú no me pones nerviosa, me pones melancólica: que es una cosa peor. /

De vez en cuando encuentro escritos en mis agendas, 
y de repente de me doy risa,
y no cualquiera. 

Frima Carol 

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