Cinco minutos más

Supongo que estás muy ocupado, de todas formas no llamaba para algo importante, no te asustes; tan solo para decirte que anoche te soñé otra vez. Que en mis sueños caminaba una distancia enorme y que cuando llegaba a una estación de taxis estaba tan cansada que me quedaba dormida y que tú, quien sabe cómo, llegabas por mí. Me sacabas dormida como cuando los niños se duermen en los sillones y los llevan a la cama. Ya sabes cómo son los sueños, de pronto ya estaba en otro lugar y en el otro escenario yo estaba en la entrada de una catedral, y yo sentada en la última banca veía que perros callejeros se metían a la iglesia y yo comenzaba a sacarlos. También soñé a mi perro de la infancia que hace dos años murió, uno de los amores de mi vida, de ojos azules, del que no he tenido oportunidad de hablarte, en fin, no te rías. Ya sabes como soy.

Como ves, no llamaba para nada importante, tal vez , si me animaba, también iba a decirte que estoy encantada de conocerte, que siento que eres como yo, que me dan ganas de preguntar dónde estuviste todo este tiempo; sin embargo  a veces, no puedo evitar pensar en que tal vez me vaya a vivir a otra ciudad… otro tema del que tampoco he tenido tiempo de hablarte.

La otra madrugada cuando me despertó tu mensaje, un mensaje tan bonito que todo el día pensé en él, en ti; volví a quedarme dormida pensando que estabas acostado a un lado mío. En mi mente te decía –Quédate cinco minutos más. No te levantes-. Pero tú desde tu cama, una cama que ni siquiera alcanzó a imaginar, ya estabas a punto de iniciar la rutina de tu día. Igual desperté con la sensación de que habías estado conmigo, y eso que parece poco alcanza para mucho.

He pensado tanto en nosotros… esa es otra cosa que te quería decir. Que me acuerdo de tu cara de repente y sonrió como una idiota. A veces la recuerdo con exactitud y otras veces me cuesta mucho trabajo, ese podría ser un síntoma de que me hace falta verte más y más seguido, para grabarme tu cara, la distancia de tus ojos con las cejas, tu boca, tu barbilla partida.. A veces creo que no eres real, que no es posible que seas tú quien me asalta con detalles en la oficina, quien me ruega que me escape aunque sean cinco minutos.

Quiero decirte que quiero intentarlo, que es verdad lo que te dije el otro día aunque a ti te haya parecido exagerado: Sé que me gustas porque quiero correr hacía a ti con la misma fuerza con que quisiera repelerte. Eres un maldito sueño, de hecho tengo algo muy importante que decirte. No me lo vas a creer. No, estoy segura que no me lo vas a creer. Cuando te diga te vas a espantar, tanto como yo me espante la primera vez que me di cuenta de nuestra gran maldita coincidencia. 

Tiene los ojos más bonitos que haya visto jamás

Carol firma.