Astronómicamente hablando
Yo hago que
las cosas pasen cuando las escribo, le dijo. Él la observo con curiosidad y con
un poco de miedo de que eso fuera cierto. Qué quieres decir, preguntó. Quizá
sea falta de capacidad o yo que sé, pero yo hasta que escribo las cosas me las
explico y así es como llego a las conclusiones que siempre terminan siendo
ciertas. Y antes de que él le pidiera un ejemplo ella lo ofreció. Por ejemplo
yo alguna vez escribí que yo me sentía sola porque yo sentía que tú te sentías
solo. Yo todavía no te conocía lo suficiente para ver en qué grado calificada
tu soledad, pero yo lo sabía porque mi soledad me lo decía, me decía que cuando
te referías a mi como –Tu luna con estrellas- era porque tú vida, alejado de la
ciudad, alejado del ruido, alejado de la gente, de las personas que lean las
manos y las cartas y de las que solo leen el periódico, esa vida tuya que a mí
me gustaría en algún momento compartir, esa rutina te dejaba solo, solo con el
cielo despejado de luces, de anuncios, de contaminación. Ese cielo limpio es el
precio que tú tienes que pagar por vivir alejado del mundo y de mí, entonces yo
deduje que me llamabas –Mi luna con estrellas-
porque yo te acompañaba en esa soledad. Lo comprendí con el corazón y me
felicite a mí misma por haberlo descubierto de esa forma, y pensé que tal vez
tú ni siquiera sabías porque se te había ocurrido nombrarme así, un piropo tan
raro, tan largo, tan astronómico, tan exageradamente cursi. Quién sabe si lo
supieras pero esa relación me gustaba, me gustaba ser un cuerpo celeste, más
también me preocupo. No sabes cuánto me preocupo qué pensará en lo lejanas que
son las estrellas y lo inalcanzable que es la luna. No sabes cuánto me preocupo
que un día te quisieras lanzar al cielo en vez de lanzarte a mí, que un día con
el curso natural de los días y las estaciones esas estrellas que me habían
atrapado en forma de constelación se movieran de lugar y se le pusieran sobre
la cabeza a otro y a ti te quedará el cielo tan despejado que pensarás que yo
había huido de ti. Pensé todo eso mientras miraba al cielo con la seguridad de
que me proyectaba también en mi soledad. Todo eso lo comprobé, que es a lo que
yo iba, de que todo lo que escribo sucede cuando me dijiste – Yo siempre estoy
solo, por eso es que gestos como los tuyos los valoro tanto-. Dime si me
equivoco, por favor dime que está vez me equivoque, que no piensas en mi como
si siempre fuera estar ahí, por que pronto está estación va a cambiar y yo y
esas estrellas nos vamos a mover, quizá, quien sabe, sobre la cabeza de otro
más solo que tú.
Ven a mi decirme que no te gusta que atropelle niños
Firma Carol
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