Desconfía de la noche, desconfía del día

Todas las noches me acuesto pensando en la carrera literaria que no tengo,

porque uno no termina de descubrir lo que quiere hacer en la vida,

porque en cada situación absurda encuentro motivos buenos para una historia aunque nada tenga que ver conmigo,

porque a veces me pregunto a dónde van los perros de la gente que se muere,

porque hacer lo que uno no quiere no deja,

porque es mejor ser pobre pero ser poeta,

porque de repente siento que me falta valor para asumir mi karma,

porque esta semana la mitad del mundo me dio la espalda y me puse a hacer pesas para que tuvieran mejor vista,

porque estoy molesta porque cambiaron de hora la carrera de caballos a la que iba a ir acompañando a un sujeto que necesita que le de suerte,

porque cuando llueve salen los clavos y se ponchan las llantas,

porque a veces hacen versiones felices de canciones adoloridas,

porque una cerveza es nada y cien son ninguna,

porque hoy fue a verme a mi oficina el que fue mi romance más chiquito de la historia,

porque es cierto, cuando uno se ausenta el otro se pone más bueno y viceversa,

porque ayer me mato leer el nombre de una escena “Imagínate que no eres de otro”

porque hoy escribí –Dime tú, dime tú que somos-

porque no se imaginan lo difícil que es ser los dos personajes principales en mi propio libro,

porque si no me dan la beca me voy a preocupar y si me la dan también,

porque ya es otra vez jueves y no ha aparecido,

porque cuando aparezca no me puedo enojar con él porque el tiempo es corto,

porque ya empezaron a salir las moscas y con ellas los malos pensamientos,

porque mi abuela parece loca con el matamoscas en la mano,

porque yo a veces siento que solo vivo para hacerla enojar,

porque nosotras nunca nos quisimos y ya es tarde para querernos,

porque yo escribo desde que era niña pero antes le escribía poemas a los caballos y ahora a los hombres,

porque tal vez sea mi destino pero no lo quiero asumir con valentía,

porque un día voy a publicar mi libro y fatigada me voy a dar cuenta que no lo volvería a hacer,

porque me está absorbiendo los días y me hace vivir en una vida paralela a esta y es no es bueno,

porque lo que le escribí ya no quisiera entregárselo porque siento que ya es tarde,

porque toda mi vida he pensado que llego tarde a las cosas,

porque hoy volví a ver al romance más chiquito de la historia y me di cuenta que las cosas han cambiado tanto que parecen iguales,

porque hoy llevaba un anillo en la mano izquierda y no me dolió el alma,

porque soy una mujer violenta y atrabancada,

porque matarse no cuesta trabajo,

porque me gusta repetir los errores,

porque hombres en mi vida atraen más hombres en mi vida,

porque hubo en tiempo que yo era muy optimista,

porque a veces siento que el mundo se va a acabar pronto y no me apuro,

porque yo podría ignorar que tiene una ex mujer más bonita que la chingada,

porque cuando uno empieza a atar cabos no termina,

porque mi única más grande casualidad es que yo me encuentre al personaje que invente,

porque mi mamá es tan bonita que quiero ser como ella,

porque no me nace hacerle caricias a los bebes solo a los perros,

porque hoy llevaba de collar un rosario y alguien me dijo que ojala lo supiera usar,

porque me aburro fácil de las cosas y de la gente,

porque yo a veces me lo imagino en mi asiento copiloto y extiendo la mano y no esta,

porque anoche soñé con un hombre que tiene una cicatriz en la boca,

porque anoche también soñé que en misa mi mama comenzaba a gritar “¿Dónde está mi comadre?

Porque siempre ahuyento a las personas y me da por preguntar qué fue lo que hice,

Porque duermo con las piernas sobre dos almohadas,

Porque la vida es muy extraña, tan extraña que a veces es preciso resumir. 

Porque lo mejor es no repetir escándalos, 

Firma Carol