Tu voz enreda
Agosto 2015
El mar inspira casi como tú. Después de nuestra llamada me
han entrado unas ganas locas de escribir y escribirte. Han pasado unas cuatro
horas desde que inicie con la primera cerveza y aún no tengo los resultados
esperados, tal vez sea por el nivel del mar. -¿Otra vez bebiendo? ¿Son
vacaciones o retiro espiritual alcohólico?- Como me dio gusto oírte, tu voz se
ha convertido en lo más valioso que podría tener en estos tiempos que se han estado
poniendo difíciles. Tu sentido del humor me salva, me salva de una forma tan
autentica que yo con todos mis propios esfuerzos inventados y sobrenaturales a
veces no he podido quitarme un agobio tan simple del tamaño de una mosca. Tu
voz, tu voz, tu voz. Tu voz cuando dices algo chistoso, tu voz cuando te
alarmas, tu voz cuando te cuesta trabajo admitir algo, la voz que me imagino
cuando leo lo que me escribes.
No sabes que increíble paisaje, un clon deberías tener para
que se quede haciendo todos tus quehaceres y tú puedas estar aquí conmigo,
tumbado en la arena tomándote este Chivas 18 años, acostado sobre mi barriga
diciéndome que no es verdad, que entre nosotros no hay ningún abismo, que mi
cara está bonita, que te acuerdas de cuando me acerqué a ti la primera vez y
juras como te derretiste, que sin mí la oficina parece una sucursal de
gobierno, que parado frente a mi escritorio sin verme se te figuraba estar en
uno de esos lugares dónde se sacan permisos para demoler casas. Aquí deberías
estar, con tu nombre bonito de telenovela, ese que a veces todavía no me atrevo
a pronunciar en voz alta y que traducido en números me daría la clave para
sacarnos la lotería y volver a rentar este condominio estúpidamente elegante y
arrastrarnos de la playa a la alberca y de la alberca a la cama.
Quiero que estés aquí, adivinando conmigo que llevan los
contenedores del barco que pasa enfrente de mí, escuchando como se rompen las
olas, como el agua se lleva en un segundo todo lo que trae. –Yo ya siento que
lo somos todo y tú dices que nos separa un abismo- dijiste. Ándale, ven a
decírmelo aquí: yo ya siento que somos todo, yo ya siento que somos todo, somos
todo, todo, yo ya siento. Dónde están tus manos, donde andan tus dedos que al
verlos la primera vez se me figuro que estaban como aplastados. Nosotros
siempre fuimos unos indiscretos, unos descarados, unos cínicos desde el
principio, unos confianzudos, unos indecentes y lo sabes y lo peor: te
enorgulleces.
Que nadie sospeche decíamos al principio y ahora con tan
poca vergüenza me cuelgo como koala de tu cuerpo afuera de mi oficina, ahí
dónde no se permite enrollarse con los clientes. Enrollarse, enrollarnos,
estamos enrollados. Éste whisky me acaba de ayudar a entender lo que es cierto:
estamos atrapados en una malla de gallinero con fuerzas para soltarnos pero sin
ganas de querer hacerlo.
-En está ciudad se te extraña- decía un mensaje que tenía por la mañana
FIrma Carol desde este bronceado incompleto.
"Como me dio gusto oírte, tu voz se ha convertido en lo más valioso que podría tener en estos tiempos que se han estado poniendo difíciles. Tu sentido del humor me salva, me salva de una forma tan autentica que yo con todos mis propios esfuerzos inventados y sobrenaturales a veces no he podido quitarme un agobio tan simple del tamaño de una mosca." Y qué bonito, y qué suerte, y cómo echo yo de menos algo así. Recién descubierta, y qué alegría le has dado a este lunes tan negro. Me quedo por aquí
ResponderEliminarMuchas Gracias y bienvenida!
ResponderEliminarHoy es mi jueves negro y es bueno leer tu mensaje :)