Resorte sentimental




            Nuestro amor funciona bajo el mecanismo de los resortes. Yo quiero desatar todo en un solo momento y tú tratas de alargar el viaje. Yo disfruto la velocidad de los eventos pero luego me arrepiento de que no hacer que duren más. He comprendido que tú estás en el lado opuesto: extiendes las cosas para saborearlas lentamente mientras yo me consumo igual que un adicto. Cuando yo presiono tú te alejas. Hueles como un perro el momento en el que voy a pedirte algo y de un zarpazo me arrebatas lo primero que ves para detenerme. Me desespera la espera y tomó la decisión de alejarme, me llevo el beso conmigo, me traigo el abrazo de la escena perfecta, me grabó en la memoria las palabras dichas y dejó en un bote de aluminio las no dichas. Trató de irme pero me alcanzas con una serie de encantos que se desatan solo cuando estás conmigo y me detengo, como si no tuviera opción. El mundo tendría que tener la dicha de conocerte para que pudieran comprender porque quiero estar contigo, porque vales tanto, porque eres la primera vez que riendo digo que eres el único hombre con el que he pensado que si me casaría. El mundo tendría que conocernos para que entendieran porque somos un resorte. Lo que yo habría pensado que iba a separarnos no nos separa, de modo que yo no soy una enamorada habitual, sino una de esas vulgares que se contentan de saber que nunca imaginaria que un hombre como tú iba a reclamar – Te burlas de mi porque sabes que me tienes- Y veo la imagen de cuando eras un desconocido y luego veo que te tengo en las manos, que me besas los nudillos; en mi cabeza oigo tu voz diciendo que das las gracias por haberme conocido y yo sonrió con vulgaridad, con el mismo placer con que probé tú boca hace dos lunes y medio. Los resortes están hechos de metal y el metal se derrite más fácilmente al calor de unas violentas palabras que vienen del corazón. A veces quisiera pensar que mientes para zafarme de nosotros, pero bastaría que el mundo te escuchara para que supieran que tu voz te delata la sonrisa. Esa sonrisa que yo me comería a besos por el resto de mi puta vida. 

Soy educada porque nunca te he tocado sin que tu quieras (siempre quieres)

Carol 

Comentarios

  1. Estoy un poco intrigada por lo de la beca... escribámonos emails... Hazme saber el tuyo Carol. El que va conmigo todo el tiempo: voleac@icloud.com
    Tanto que contarte...
    Saludos!

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