La chica del perfume descontinuado
No iba a ser la primera. Habrá cientos de impostoras que le
jugaran a la intelectual – Toma está cita, me ha recordado a ti- y la guardarás
en la cartera. Te dirá lo inquieta que se pone cuando va al cine, lo
insoportable que es cuando tiene hambre y cuando tú trates de comprobarlo tan
solo afirmará que al final de todo, es adorable. No va a tomarte la mano pero
te llevará a la tienda de los cuadros y te pedirá su opinión y será casi lo
mismo. – ¿Te gusta? - . Desconcertado
enfrente del vendedor te preguntarás porque habrá tomado esas medidas sí apenas
la conoces. No trates de entenderla, juega así a la conquista por que las otras
estrategias ya le aburren demasiado.
Bien por ti, a lo mejor es ella la que está buscando algo
casual, al final de cuentas, ella está tratando de arruinarlo todo desde el
principio para ver hasta dónde llega tu interés; si te marchas nada pasa, de
cualquier forma estabas a prueba. Si te llama es porque le has gustado o le ha
encantado ser una actriz a tu lado, no le creas cuando luzca desdichada cuando
hables de un viaje y deje caer la barbilla sobre las manos; su propio plan
requiere de un poco de miseria para hacer grande lo que no es tan grande y
olvidar lo pequeño. Multiplica las alegrías con otras operaciones y las rectas
las vuelve curvas para que aprendas a gobernar la velocidad, la velocidad con
la que te estrellarías con ella en la
primera cita.
¿A qué hora van a dejar de ir apareciéndose mis personajes?
Firma Carol
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