Convences sin chantaje

            Se han averiado bastantes cosas en un corto número de horas y he tenido que usar la fuerza. Desde que no trabajo en la presidencia estoy más expuesto al sol, a los rasguños y he bajado de peso. Siento yo, que me veo mejor o al menos, más interesante. El compadre no me ha pagado aún todo el dinero que me debe y desde entonces no he dejado de pensar en lo mismo que me dijiste: con ese dinero ya te habrías ido a Europa.
             Aunque este cielo es más limpio, no creas, me hace falta tu presencia;  me doy cuenta que contigo el tiempo pasa más rápido en los momentos tediosos - y no solo en los tediosos- , he mirado el reloj mientras comíamos juntos y de pronto ya habían pasado dos horas y lo único que me había saboreado era el roce de tu mano. Desde que estoy en contacto contigo he experimentado diferentes situaciones que antes, no sé cuánto tiempo habrá pasado, no me daba cuenta. 
             Asocio esto a una inteligencia infantil que es mucho muy superior a la inteligencia con la que me he conducido desde hace algunos años y voy descubriendo a cada rato nuevas señales de vida en menudencias. Sin duda, eso es gracias a ti pues me he dado cuenta que tienes una cabeza que se distrae con cualquier cosa y que con un comentario haces sorpresivo cualquier evento ordinario. ¿Ves porque digo que eres una niña? Convences sin chantaje, lloras porque sí y aquí me tienes comiendo de tu mano.
            Y es que no puedo no decir, que he encontrado en ti una especie de armonía, un equilibrio extraño entre el bien y el mal.
            El bien es lo que tú dices que hago con gracia y el mal es todas las veces que no puedo detenerte antes de que hagas algo que te pone en peligro a ti o a la hombría de mis sentimientos. Lo que pasa es que no solo me dejas ver el mundo sino que también me has hecho verme de afuera para adentro y entre los saldos me he encontrado con muchos huecos.
            Hoy ha transcurrido todo de manera normal  y he pensado en ti de la misma manera. Recordando alguna palabra, algún movimiento seductor, en un escenario en donde estoy totalmente entretenido y absorbido por lo siguiente que va a pasar.
            Comienzo a acostumbrarme a lo imprescindible y si no apareces cerca me pongo de mal humor y hago las cosas con las patas. Tampoco puedo permitirme ese lujo porque si salgo a flote la estupidez que a veces me provocas te pongo peligro y hasta ahora entre nosotros solo tenemos cosas buenas, no hay reclamos, no hay ansiedad, no hay escenas de celos, mi única inseguridad es que te alejes. De modo que siendo yo mismo, sin pretender ser un hombre que no soy y sin decirte una sola mentira, solo así, podría acércame a hacerte feliz. 


Te acomodas en un hueco que encuentras
y ahí te quedas
Firma Carol

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