Anormalidades
En otras
circunstancias yo estaría actuando igual que tú ahora, en muchas veces he
sentido ese olor de que algo puede ir mal y aunque no me detengo, me veo a mi
misma consciente de que un cañón puede dispararse al revés. Esta no es esa situación
para mí porque ahora tú has tomado ese
papel. El que se queda del lado ansioso sufre más y siempre pone en peligro la
historia.
A veces me apena de muchas formas no
poder escribir sobre política o sobre existencialismos. Los libros que he leído,
cómo desde mis ojos veo las cosas, la forma en la que se me han presentado los
síntomas y la manera en que me expreso me tiene muy ocupada razonando romances
imaginarios para acomodarlos en historias imaginarías porque soy esa que pasa
en la imaginación.
Espero ser más interesante en
persona, menos caótica. Al menos sé que sonrió más en las palabras, no como
aquí, por ejemplo, que han conocido muy pocas cosas buenas y que para colmo
nadie sabe sin son verdad. Ni siquiera yo.
-Ahí está la puerta- dije citando a
un montón de gente que como yo, sabe que los rompecabezas pueden y tienen la
destreza de entrar también por las ventanas y las tuberías y que una sola
puerta solo sirve para amenazar.
Lo amenacé entonces porque yo había
estado en ese papel y sabía que uno pasa del cariño a la hostilidad sin ningún
permiso y que de pronto puede soltar palabras que son cuchillos o acciones de
alguien que está loco de amor y no puede evitar hacer el ridículo. Yo también
sentí la ansiedad del primer beso pero no hice un escándalo. Me quede
serena sintiendo como en mi cabeza se
repetía la acción sin pensar que podía perder tu boca, sin comenzar a
preguntarte qué somos, que quieres de mí o que haremos cuando no baste lo que
tenemos.
A veces es capricho pero ahora es
necesidad porque si de algo estamos hechos, yo estoy hecha de anormalidades. A
lo mejor las anormalidades a veces son impresiones. La impresión de que a lo
mejor debía hablarte. La impresión de que las cosas no tienen por qué ponerse
feas. La impresión de que he venido repitiendo las historias y de que debo
seguirlo haciendo. En el fondo estoy hecha de reglas que voy inventando y
caducando al día siguiente.
Todo lo bueno corre en línea recta.
Lo malo da un salto y va dejando un camino de damas chinas. El que sigue en
venir trazará un camino más esforzado que el primero porque tendrá que
descubrir los huecos en los que no puede entrar. Yo estoy a un movimiento de
entregarme al enemigo porque he medido las distancias y he hecho los cálculos
para descubrir que el campo esta minado, que desde cierto punto ya todo es
cuestión de suerte.
Lo importante es no perder la magia, que es lo único que evita que las cosas que no tienen sentido se vuelvan en nuestra contra.
Lo importante es no perder la magia, que es lo único que evita que las cosas que no tienen sentido se vuelvan en nuestra contra.
Dices de mi lo que siempre me ha gustado oir,
- Tú no necesitas a nadie, ni siquiera a mi-
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