Café cargado
La vida da tantas vueltas que una
noche vas a terminar en mi cama diciendo que ojala lo hubiéramos hecho antes. De
cualquier modo yo quiero que sigamos juntos de esta forma en la que no hay
ansiedad. Llamarte cada vez que quiera y verte cuando sea posible en alguna
terraza de la ciudad, que le digas al mesero que ya no me soportas, que me tomes
la mano y me beses los dedos y que digas que si hay alguien que puede cuidarse
sola esa soy yo.
Hay entre las gentes un lazo
invisible que conecta los sueños y las caricias imaginarias. Tal vez sea un
cliché lo siguiente pero.. las miradas no mienten y yo he caído varias veces en
esa transacción en la que a veces conviene dejarse llevar.
Tu sabes que aquí el único miedo que
hay es el de no hacer las cosas y que la vida me ha arrancado una a una las
plumas de gallina y que yo nunca he andado diciendo que soy una cabrona y que
solo soy.
Tu sabes que ser cabrona no es andar
alzando la voz para decir que si me ha ido mal en el amor es porque yo he
querido y que mucho menos es andar ventilando como mandaste a la mierda a un
hombre o contando cuantas veces te le has puesto al tú por tú al que te ha
negado un capricho. Todos sabemos que eso no es ser cabrona sino ser infantil.
Cabrona es comerte lo que se antoja
y pagar por ello, despertar un día y cambiar las cosas de un madrazo porque una
cabrona sabe que el tiempo es oro y que aunque el amor sea una quimera de todas
maneras uno se esfuerza vaya bien o vaya mal. Una cabrona sabe que la amargura
no lleva a nada y que la fuerza siempre hay que utilizarla para proteger algo
que nos importa y que sino atinamos en algo es porque hace falta practicar el
tino.
Yo te veo y encuentro un poco de
todo. Un poco de mí en como hablas, un poco de algún ex amante en la forma en
que proteges, tienes un poco del bosque y un mucho de bocanada de aire fresco.
Por ahora esta violencia que siento
necesaria es hasta cierto punto aceptable, pero no me dejes permanecer más de
once días ahí. Déjame sola con mi berrinche hasta que tu sientas que lo he
olvidado y aunque puede que necesite que me pongas un alto no olvides que este
es amor apache, tengo que darte café cargado y tratarte mal porque no sé cómo
quererte.
Firma Carol
¿Cuándo fue la última vez que te besaron y no olvidaste tan fácil? Se va volviendo raro con el tiempo ¿no?
Comentarios
Publicar un comentario