Efectos
Llévame
a la tierra del calor, al mapa de los amores platónicos, a los tatuajes mal
situados, a las caricias que huyen despavoridas cuando ven que amanece y ya no
hay oscuridad que las justifique; al desayuno después de la cama, al lugar donde
no olvidas lo que has dicho a las cuatro de la mañana, al saludo constante y
certero de tus ojos, a la paz de poder verte a través de un espejo, al momento
en qué te encuentro en la calle, por fin, y no estás sola. Qué hacen dos mundos
cercanos, dos personas que escriben, dos personas que se necesitan, dos
personas como tú y como yo que juegan entre la gente a qué no se conocen, a que
tú tienes todo el mérito de esta historia. Tú, que si estoy pidiendo que me
lleves a un lugar es porque puedes y me lo has demostrado con solo un
movimiento, que yo siempre he sido un tonto que dice que existen las
coincidencias y por eso no mueve un solo dedo, que nunca me atreví a hablarte y
que de ahora en adelante las monedas que lance al aire van a hacer para repetir
el instante en el que te encuentro en medio de una noche y te acercas y no te
vuelvo a soltar. Que todas las cartas y todas las ruletas sean un abismo que
caiga en mí y que por más que quiera no pueda dejar de dejarme llevar y que
todos los juegos de palabras sean para detenerte un segundo más antes de que te
vayas. Que nada de esto me hace un cursi, que soy un hombre que escribe de algo
que no procesa, un encuentro ilógico y lleno de magia negra, un cansancio en
las piernas y un sudor en la frente, porque uno de pronto es incoherente con lo
que más quiere y le cuesta decir que está ilusionado con algo, que los
oportunidades tienen mil pies y se pueden ir solas y que tú pareces una de esas
personas que consigue siempre lo que quiere y yo escribo sobre eso. Que me
quiero justificar porque en este mundo el qué es romántico parece un poco
débil, pero la vida es muy corta y no pienso no decir que ahora me siento como
invencible, que no puede ser malo el amor si comienza haciendo cosquillas, que
yo ahorita me estoy riendo de lo absurdo que me siento por estar pensando en
ti.
Firma Carol
Bajo los efectos de un lunes de febrero
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