La pata del amor
Una
cosa es estar alterada y otra estar ansiosa. Ella estaba ansiosa en silencio y
ningún vaso lo termino con tanto apuro como el que tenía en la mano cuando dijo
“Así son las cosas bonitas, se rompen sin hacer ruido y uno no se da cuenta
cuando se fueron”. A mí me dolían sus palabras y eso que mi experiencia no
alcanzaba a comprender el estruendo de lo que había sentido ella para estar
bebiendo de esa forma y estar hablando de las coincidencias como si ese fuera el fin. Yo creo que cualquier problema se multiplica cuando uno anda rengueando
de la pata del amor porque como quiera a uno lo puede salvar un amante en
tiempos difíciles pero si estás solo todo parece más grande y más oscuro. En
ningún momento me sentí incomoda o afectada por su melancolía hasta que se puso
en un modo sarcástico y se reía de sí misma y de la siniestra casualidad que al
principio había sido mágica. Una buena historia caía a pedazos porque ella la
desprestigiaba culpándose así misma de ingenua y a la otra persona de brutal.
Nada había sido así, más yo sé que uno exagera lo malo para restarle
importancia pero en el fondo sabemos que las cosas son como son y que a veces
no hay que buscarles ni más defectos ni más virtudes. Es chistoso ¿no? Que
justo cuando decido escribirle él está en el aeropuerto de Roma después de
venir de un viaje de dos meses con su nueva novia. Nunca había pensado en la
posibilidad de que él estuviera con alguien, eso aumenta el riesgo de que no
nos volvamos a ver, porque yo no viajo para ver a alguien que está comprometido,
termino por decir. Ahí comenzó a reírse. Creo que lo que le causaba esa risa
sarcástica era que él tuviera dos meses allá y ella no supiera que estaba con
alguien. De pronto comenzó a hablar como si hubiera podido leer mi pensamiento.
Es que yo pensaba en su soledad, yo pensaba que había estado solo enfrentando a
la noche del desierto, comiendo con las manos sucias, usando una mano de
cuchara, expuesto a cualquier enfermedad y lejos de cualquier hospital. Él me
escribió primero pero no quiero saber cuándo, porque ahora lo único que importa
es que ninguno de los dos estuvo solo pero que a mí me duele más haberme
enterado. Ahí se ponía más grave la cosa porque había descubierto una nueva
distancia: uno que se queda estancado en un amor mientras el otro sigue
avanzando.
-Dime donde y cuando
- Qué loca estás mami
Firma Carol
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