Cursos de física y filosofía




Cuántas veces he abierto una puerta pensando que del otro lado no hay suelo y caigo al vacío de una habitación desconocida. Así me pasa contigo que no puedo entender tus horas de trabajo, que no puedo nunca olvidarte cuándo paso enfrente de una florería, que incluso las rayas que dividen los cuadrados en el piso me dan vértigo. Solo soy el que le busca todas las esquinas a las cosas, que toma un objeto y lo mira mucho para comprenderlo, un hombre qué ha desarrollado diferentes técnicas para mantenerse fiel y por todo eso no me merezco esto qué me haces. ¿No has visto las noticias de lo duro que se va a poner la situación en el país? Tenemos problemas reales, como puedes ver, uno con leer las noticias va haciendo imaginaciones sobre lo que se avecina pero está mañana lo anunciaron como cierto, como irremediable, de aquí pa’delante nos va a llevar la chingada. ¿No querías que nos fuéramos a vivir a España? Si no me alejas de este paréntesis que nos separa no podré trabajar por estar pensando en las habitaciones sin piso y en las noticias. Si no me apartas de esté vicio de celos y exigencias no podré ver la luz a través de tu cuerpo por las mañanas  y no soñaré con probar tu iluminación en cada uno de los países que hemos soñado y no podré ir jamás a Barcelona por que estaré derrotado. Los nutriólogos no somos muy buenos cuando vemos a alguien qué está saludable con comer solo amor, para lo que si somos buenos es para exigir y sacrificar algún que otro antojo. Yo jamás te sacrificaría por un antojo entiéndelo bien. Escucha, mi vida en muchas partes  ha estado hecha de malentendidos y no quiero que nuestra historia sea una parte de esas solo porque el orgullo es un maldito hijo de puta; míranos aquí, como si estuviéramos bajo un arresto domiciliario, caminando de un lado a otro esperando una respuesta, sin poderme atrever a pasar cerca de tu casa, ni se diga tú que ni en mi calle ni en la tuya te han visto, lo qué me hace pensar que te has encerrado con alguien. Fíjate lo que provocas, qué me hagas dudar de mí mismo, de mi capacidad para sobrellevar una situación que yo sabía que tarde o temprano iba a pasar porque no todo es perfecto y a uno de vez en cuando le deben costar las cosas, un ejemplo claro es el amor. Ya te he dado todo y me queda solo darte mi sinceridad porque a pesar de todo, no estoy dispuesto a sacrificarme a mí mismo. Me conozco y sé que me va bien siempre que me lo propongo aunque lleve mucho tiempo desbocado, pensando en qué me he equivocado pero sin tener una crisis, porque ya no quiero seguir calculando el peso y el alto a las personas con solo oírles la voz, contando calorías como una anoréxica, tú siempre has sabido que quiero hacerme profesor; que quiero enseñar tantas cosas diferentes, qué que terror que solo me basará en experiencias mías, como querer de la literatura que vuelvas a mi, como hacer historias de amor en tiempos de guerra, como ir sumando nuestras dudas y errores en una matemática complicada para los simples mortales. Con todo lo que tengo que enseñar sobre la vida es mejor que solo me dedique a dar cursos de filosofía o física basados en ti aunque ya no te soporte. O más bien aprovechando tu carácter como prueba de lo cabrona que pueda llegar a ser la vida en los temas de interés: finanzas, lujos y amores. Ya no te soporto pero te necesito. Yo estoy seguro que no soy el único al que lo está volviendo loco una mujer porque se quiere hacer la difícil, la consentida, la imposible. Estamos cerca de la histeria pero no podemos por más que queremos separarnos de su cuerpo porque hay santuarios pero tú no lo entiendes, ni algunas de las otras mujeres lo cual me alivia pues parece un síntoma más normal. No seré el único qué sufre por estupideces de esté estilo, no estoy solo en esta lucha contra mujeres que se hacen las ciegas y necias. ¿Qué ganas con darme tu desprecio? ¿Qué ganas con perder el tiempo, con camuflajearte entre la gente, con decir qué estoy de viaje? Dios mío, cuánto será tu orgullo que tengas que mandarme a otro país para no tener que hablar de mi con la gente. No voy a hacer esto más grande, solo quiero que comprendas que en las noticias ha salido que no hay tiempo que perder, que no puedo dejar de pensar en ti, en la forma en qué das un consejo, en cómo me miras para sacarte de una duda, en como al final siempre hemos terminado haciendo de las nuestras con o sin preservativo. Que se entienda solo como lo mucho que –como dirias tú- nos la hemos rifado. Ya sé que prácticamente no necesitas a nadie, que puedes hacer destrucción con la fuerza de diez hombros y solo eres tú encabronada. Empeñada en demostrarle al mundo que nadie podría herirte aunque quisieras, qué tu hermetismo me sube como un dolor desde las pelotas y sofoca lo poco que me queda de paciencia para el amor. No quiero la culpa de qué fue mi fallo volver a creer en estas cosas, la culpa de que te hayas convertido en un ninja en contra mío solo porque he descuidado un poco lo qué dicen de mí y tú has caído en la trampa. Decir que contigo ha sido todo diferente también me ofende como cliché. No es cierto que todo ha sido diferente, no es cierto que todo ha sido magnifico, lo que pasa es que ahora todo me cuesta y solo yo decido con quien lo voy a gastar. Y decido que mis energías, mis sentimientos, mis momentos libres y no tan libres te los quiero dar a ti. No es cierto que ha sido diferente ni que yo he tomado las decisiones. De repente fui preso de ti en todos tus actos y solo iba asumiendo las consecuencias de estar tanto tiempo contigo, de escucharte discutir profesionalmente, de tu papel de qué cualquier problema financiero y sentimental se arregla con huevos y todo con lo que ponías en jaque a las personas con tan solo con la mirada. Yo era la primera víctima de todo eso y no lo hice noticia para sobrellevar las siguientes experiencias haciéndome el desinformado. Navegue con bandera de ignorante como muchos hombres hemos hecho, tú lo sabrás, tú más que nadie, que yo me deje llevar para ver hasta donde eras capaz de llegar sin decir que todo se te había presentado también como un juego para ti. Ni siquiera en ese entonces me sentí tan ofendido como me siento ahora por no haberte dado la razón, si eso era lo que querías, que yo había hecho una cosa buena que parecía mala, que solo eran buenas intenciones. Ahora mismo me siento como el hombre qué en un sueño abre una puerta sin saber qué escena aparecerá enseguida por qué tú eres así, vas volteando los escenarios a tu antojo y en todos tienes que ser el personaje principal sino haces una guerra. 


https://www.youtube.com/watch?v=5iDDUJy4Ej8




Comentarios

Entradas populares